A la hora de hablar con los demás no solemos ser conscientes de la importancia de nuestro lenguaje corporal y el peso de nuestra comunicación no verbal dentro de la conversación. Cuando hablamos generamos una gran cantidad de información mediante gestos, expresiones corporales, modulación de la voz, posturas y miradas que generan un mensaje adicional que para nuestro interlocutor puede tener mayor peso incluso que nuestro discurso.
Se podría decir que el impacto de nuestras palabras no se completa en su totalidad hasta que se ve complementada por toda esta serie de signos no verbales. Así, realmente, dentro de nuestra conversación la palabra tiene el papel de mero transmisor de información, mientras que el conjunto de cientos de signos y mensajes que enviamos mediante nuestro comportamiento amplían, complementan e incluso cambian totalmente el significado desnudo de nuestras palabras.
Si nuestros gestos y expresiones no van en sintonía con nuestras palabras, nuestro interlocutor se dará cuenta y desechará nuestro discurso en pro de nuestra comunicación no verbal. Es bastante más difícil controlar los pequeños gestos y expresiones corporales que nuestras palabras, ya que los signos de la comunicación no verbal suelen ser involuntarios. Es por ello que le otorgamos mayor grado de sinceridad al mensaje que genera nuestro comportamiento que a nuestras palabras.
A la hora de analizar los signos y los significados que componen nuestra comunicación no verbal podemos identificar varios comúnmente aceptados. Así, por ejemplo, si la persona con la que estamos hablando tiende a tocarse constantemente la nariz, puede ser un indicador de que en realidad nos está mintiendo.
Es importante no centrarnos solamente en uno de estos indicadores, ya que podría conducirnos a error. Hay que tener en cuenta el entorno, las condiciones ambientales y el resto de gestos y comportamientos de la persona que nos habla para poder entender el significado global de sus expresiones. Alguien podría tocarse la nariz simplemente porque le pica o tal vez cruce los brazos porque tenga frío, por ello debemos ser cautos con nuestras interpretaciones.
El significado de los gestos
Gestos y expresiones de la cara
Nuestra mirada comunica continuamente un sinfín de matices en una conversación. Cuando hablamos solemos establecer contacto visual la mayor parte del tiempo. Una mirada limpia en los que se puede apreciar la dilatación de la pupila indica claramente emociones positivas, atención, confianza. Por eso la mirada huidiza puede indicar timidez e inseguridad.
Las diferentes miradas pueden indicar un sinfín de emociones:
- Cuando entrecerramos los ojos indicamos desacuerdo o censura.
- Bajar continuamente la mirada puede indicar incredulidad
- Mirar por encima de las gafas es un signo de desconfianza.
- Mirar hacia los lados o al reloj denota aburrimiento o incomodidad.
Con las cejas indicamos diferentes emociones en función de cómo las coloquemos:
- Si las levantamos completamente estamos expresando incredulidad.
- Con las cejas levantadas, aunque no completamente indicamos que estamos sorprendidos.
- Las cejas medio fruncidas indican desconcierto.
- Las cejas totalmente fruncidas indican enfado.
Una sonrisa natural y sincera es propicia a generar confianza y expresa positividad. Además una sonrisa sincera es enormemente contagiosa, por lo que podemos llegar a inducir emociones positivas en nuestro interlocutor.
Cuando asentimos con la cabeza mientras escuchamos a nuestro interlocutor indica acuerdo e interés por lo que se está escuchando.
Lo que expresan nuestras manos
Tocarse o rascarse alguna parte de la cara o cabeza puede indicar algún tipo de inseguridad o duda. Así, rascarse el cuello puede indicar dudas sobre el propio discurso, o morderse las uñas puede indicar ansiedad e inseguridad.
Tocarse la nariz, puede indicar que alguien no está diciendo la verdad. Cuando mentimos liberamos una serie de sustancias de forma involuntaria que pueden causar picores en la nariz.
Apoyar la barbilla sobre la mano puede indicar agotamiento, que se está aburrido o que no se tiene interés.
Tocarse el mentón de forma suave quiere decir que se tiene interés, o que se está sopesando una elección.
Retorcerse las manos o abrir y cerrar los puños continuamente es un signo frecuente de Ansiedad.
Entrelazar los dedos es reflejo de una actitud autoritaria, ansiosa o negativa.
Enseñar la palma de la mano abierta y hacia arriba denota sinceridad y buena intención, mientras que el acto de cerrar los puños suele indicar todo lo contrario.
Si tus manos juguetean con un objeto como un bolígrafo, una llave, etc. quiere decir que o estamos distraídos y no tenemos interés o que estamos nerviosos.
Del mismo modo el golpetear de los dedos contra algún objeto es signo de impaciencia y ligero sentimiento de apremio.
La postura de nuestro cuerpo también puede ser un reflejo de nuestras emociones.
Cruzar los brazos sobre el pecho es un signo que transmite una sensación de rechazo o sentirse amenazado. Así mismo si sujetamos algo delante del pecho estamos indicando inconscientemente que tenemos la necesidad de protegernos, por lo que estamos manifestando nuestra inseguridad.
De este modo, el balanceo sostenido del cuerpo, así como moverse continuamente en el asiento puede indicar tensión, ansiedad o inseguridad.
Una postura relajada, erguida, natural y cómoda expresa seguridad y sinceridad, mientras que si la postura es excesivamente cómoda, o sentarse de forma repantingada puede indicar arrogancia e irreverencia.
La forma de sentarnos en una silla es también un indicador de nuestras emociones. En general, cruzar las piernas indica inseguridad, tensión o aburrimiento. Una persona que cruza brazos y piernas es una persona poco receptiva y seguramente haya decidido cerrarse en banda a nuestros argumentos. Sentarse al borde de la silla también expresa emociones negativas, como impaciencia o ansiedad.
Por otro, lado si adoptamos una postura ligeramente inclinada hacia adelante mientras miramos a nuestro interlocutor ponemos de manifiesto nuestro interés y concentración en el discurso.
Aprender a identificar e interpretar los signos del lenguaje no verbal puede resultarte muy útil. De este modo podrás tanto determinar las verdaderas emociones de los demás como identificar y corregir tus propios gestos para ganar confianza en ti mismo durante una conversación.